La importancia de la Autoestima en tu vida
Manos en acción
2ª Parte
¿Hola ya estoy de regreso, como te fue con la primera parte, hubo muchos descubrimientos relacionados con tu autoestima?
Si es así, hay que empezar a trabajar en ellos, y si no, también.
Por eso a esta segunda parte la titule “Manos en acción”
En la primera parte descubrimos que la autoestima significa un apoyo para vivir y realza nuestra vida.
¿Pero de dónde surge ese nivel tan cambiante de nuestra autoestima?
Es momento de voltear a ver la GÉNESIS DE LA AUTOESTIMA, eso te va a ampliar un poco más el panorama:
Mira, la autoestima empieza a generarse desde los primeros años de vida.
Generalmente se va formando por influencia de los adultos que te rodearon; éstos con sus palabras, actitudes, gestos y conductas hacían que te sintieras bien o te sintieras mal.
Cuando las situaciones que te hacían sentir bien o mal se repetían una y otra vez, entonces te ibas dando una idea de ti mismo y sacabas por conclusión si eras digno de ser amado o no.
Como niño o niña tenías que aceptar lo que tus padres decían y hacían porque ellos eran los pilares que sostenían tu vida. Si te hubieras atrevido a dudar que tus padres tenían la razón, tu mundo se hubiera venido abajo y tu inseguridad hubiera sido total, ya que no hubieras tenido donde apoyarte.
Esta es una estrategia de supervivencia por la que hemos pasado tú, yo y todos los demás; se usa como un cinturón de seguridad y se lleva hasta la adultez, sin darse cuenta de que la necesidad de la estrategia se ha quedado atrás, que pudo haber ayudado a los cinco años, pero que en la actualidad ya no te sirve y puede estar
impidiendo tu crecimiento emocional.
¿Cómo integrar esta información a tu vida?
Una opción muy buena sería asistir a psicoterapia y entender que papá y mamá hicieron lo mejor que pudieron en ese momento y entonces tu ahora seas capaz de romper el vínculo con la imagen de la persona que te has formado de ti mismo como inadecuada o incompleta.
¡Hoy te toca aumentar tu auto apoyo!
Y no es que el nivel de nuestra autoestima determine nuestro pensamiento. La causa no es tan simple. La autoestima afecta a nuestros incentivos emocionales.
Si percibes el éxito, tus emociones conectan con los hechos de manera positiva generando un bienestar en tu manera de actuar. Y entonces te sientes cómodo contigo mismo, sientes que estas triunfando.
Lo que te voy a comentar a continuación es muy interesante, toma nota:
Si una baja autoestima teme lo desconocido y lo poco familiar, una autoestima alta busca nuevas fronteras.
Si la baja autoestima evita los desafíos, la autoestima alta los desea y los necesita.
Si la baja autoestima busca la posibilidad de pasar desapercibida, la autoestima alta busca la oportunidad digna de admiración.
La autoestima es una experiencia íntima; reside en el centro de nuestro ser. Es lo que yo creo y siento acerca de mí mismo, no lo que alguien piensa y siente sobre mí.
Contar con una autoestima alta tiene recompensas:
Más posibilidades tendrás de entablar relaciones enriquecedoras y no destructivas, ya que lo semejante se atrae entre sí,
Más inclinado estarás a tratar a los demás con respeto, ya que no los percibirás como amenaza,
Más alegría experimentaras por el solo hecho de ser, de despertarte por la mañana, y vivir dentro de tu cuerpo.
Recuerda esto…
Si perseveras, es más probable que obtenga más éxitos que fracasos. Si no, lo más probable es que tenga más fracasos que éxitos.
En cualquier caso, el concepto de ti mismo saldrá reforzado.
Un punto a tu favor es que la autoestima tiene dos componentes relacionados entre sí:
Uno es la sensación de confianza frente a los desafíos de la vida; a esto le llamaremos la eficacia personal.
El otro es la sensación de considerarse merecedor de la felicidad; y, eso se relaciona con el respeto a uno mismo.
Aquí aparece una definición formal, y diremos que la autoestima es: la disposición a considerarse competente para hacer frente a los desafíos básicos de la vida y sentirse merecedor de la felicidad.
La autoestima es imposible sin aceptación de sí mismo
Mientras que la autoestima es algo que experimentamos, la aceptación de sí mismo es algo que hacemos.
Esta es la diferencia:
El concepto que tienes de ti mismo consiste en quién y qué piensas que eres; consciente y subconscientemente, tus rasgos físicos y psicológicos, tus cualidades y tus defectos y, por encima de todo, tu autoestima.
La autoestima es el componente evaluativo del concepto de sí mismo.
¡Ahora que ya eres experto en el tema de la autoestima, vamos a pasar a las acciones para fortalecerla!
1. Enfócate y céntrate en la acción: Mantente dispuesto a reexaminar tus antiguas suposiciones y creencias.
2. Práctica vivir conscientemente: Distingue los hechos de las interpretaciones y las emociones.
3. Empieza a aceptarte a ti sí mismo: Y estar dispuesto a ver y a corregir tus errores. Recuerda…No existen personas perfectas, pero si perfectibles.
4. Hazte responsable de ti mismo: Si las elecciones son tuyas, las consecuencias agradables o desagradables también te corresponden.
5. Practica la autoafirmación: Exprésalas todas las mañanas, en primera persona (yo), en presente y en voz alta -–“me gustan los retos”, “elijo ser optimista”, “estoy aprendiendo de esta experiencia” -- te van a servir para derribar las barreras que tu mente ha levantado de manera represiva.
6. Es de gran ayuda vivir con propósito: Reconoce si tus acciones están en sintonía con tus propósitos.
7. Práctica la integridad personal: Interésate por conocer no sólo tu realidad exterior sino también tu realidad interior. Tus necesidades, sentimientos, aspiraciones y motivos, de manera que no seas un extraño o un misterio para ti mismo.
8. Reforzar tu filosofía de la autoestima: No es necesario alcanzar la «perfección» en estas prácticas, sólo es preciso elevar tu nivel medio de competencia para experimentar un crecimiento en eficacia personal y respeto de ti mismo.
Vaya que tienes trabajo por empezar, conforme vayas observando los resultados tu percepción de ti mismo va a ir en aumento.
Vamos a continuar con la 3ra. Y última parte de nuestro tema. ¿Cuento contigo?.



